¿Cuántas veces te has quedado a dormir en casa de tu pareja o en un hotel y has dormido fatal? A veces, no importa lo cómoda que sea la cama o lo tranquila que sea la habitación; simplemente no consigues conciliar el sueño y el insomnio se apodera de ti. Y para colmo, tu pareja duerme como un bebé. Hay una razón por la que se experimentas una peor calidad de sueño cuando estás en una cama que no es la propia, y la culpa la tiene nuestra biología.
Cuando nuestros antepasados eran cazadores y recolectores, los humanos emigraban de un lugar a otro en busca de comida y refugio. Cuando se encontraban en un lugar desconocido, nuestros antepasados tenían que permanecer alerta para asegurarse de que no había ningún peligro inmediato en la zona. Esto también incluía las horas de sueño, ya que los humanos son más vulnerables cuando están inconscientes. Por esta razón, muchos se entrenaban para despertarse al menor ruido extraño que pudiera ser de pasos enemigos o de un animal salvaje. Esto también podría explicar por qué nunca pudimos escabullirnos de nuestros padres después de llegar tarde a casa cuando éramos adolescentes. Pero en cualquier caso, nuestros cuerpos han sido condicionados durante milenios para activar nuestro “modo de vigilancia” cuando nos acostamos para dormir en un lugar nuevo. Pero, ¿cómo funciona realmente este modo de vigilancia que nos causa insomnio?
Los humanos no son la única especie que tiene un sistema de vigilancia nocturna. Se sabe que los delfines y las ballenas duermen con un lado del cerebro todavía activo por si se acerca un depredador. Alternan el sueño entre los dos hemisferios del cerebro hasta que dejan de estar cansados. Las aves también duermen con un ojo abierto por las mismas razones. Según un estudio de la Universidad de Brown, el lado izquierdo del cerebro humano se muestra anormalmente activo cuando duerme en un lugar nuevo. El lado derecho del cerebro dormía como de costumbre, pero hay que seguir investigando para ver si los humanos también pueden alternar las dos mitades durante el modo de vigilancia. Los investigadores también reprodujeron sonidos durante la noche para ver las reacciones de los durmientes. Cuando los sonidos se mantenían constantes y en un tono bajo, el cerebro no reaccionaba. Sin embargo, cuando los sonidos eran erráticos o de tono alto, el cerebro respondía repentinamente, lo que a menudo hacía que el durmiente se despertara. Esta situación sólo se produjo durante la primera noche en un entorno desconocido; en la segunda noche, el durmiente ya estaba acostumbrado al entorno y era menos sensible a los sonidos extraños. Gracias a este estudio, podemos entender por qué muchos de nosotros experimentamos un descanso nocturno mediocre cuando visitamos un dormitorio nuevo.
Ahora que hemos determinado que tu primera noche en un nuevo dormitorio puede ser un reto, veamos cómo podemos disminuir el daño. Algunas de estas sugerencias serán más fáciles si sabes que vas a viajar y un poco más difíciles si se trata de una fiesta de pijamas espontánea. No obstante, intentaremos cubrir todas las bases.
Si tienes la posibilidad de elegir tu hotel de antemano, sería estupendo encontrar uno que esté alejado de una autopista o calle con mucho tráfico. También puede pedir que su habitación esté en un lugar más alto para evitar el ruido de la calle y de los lugares comunes del hotel, como el vestíbulo o la piscina.
Si sueles dormir mal la primera noche en una cama nueva, haz algunas compras esenciales y guárdatelas en tu maleta. Estos artículos podrían incluir tapones para los oídos, un antifaz para dormir, auriculares, velas aromáticas o aceites esenciales. Incluso puedes traer tus sábanas de casa o tu propia almohada. Recuerda que la familiaridad es la clave para evitar que tu cerebro entre en modo de vigilancia.
Sea lo que sea lo que haces normalmente en casa antes de acostarte, intenta hacer el mayor número posible de cosas iguales. Recrear tu rutina antes de acostarte también aporta una sensación de familiaridad que es crucial para un sueño constante. Asegúrate de no hacer ninguna siesta ni te acuestes demasiado temprano porque estés cansado de viajar.
Date un buen baño caliente o toma un té relajante antes de acostarte. Asegúrate de desconectar del trabajo y de las pantallas electrónicas al menos 30 minutos o una hora antes de acostarte. Ajusta la temperatura al grado apropiado para tu nivel de confort.
Uno de los mejores consejos que podemos dar es que preveas que no vas a dormir tan bien en tu primera noche en un lugar desconocido. Si es posible, trata de tener sus reuniones y presentaciones importantes en días posteriores a tu adaptación. Si te quedas a dormir en casa de tu pareja, quizá los fines de semana sean ideales hasta que te acostumbres al nuevo entorno. La buena noticia es que el modo de vigilancia suele durar sólo una noche.
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